Mundial 1950: la Copa regresa tras la guerra y Uruguay se confirma como potencia mundial

Unos segundos antes del silencio en el Maracaná. Captura de pantalla.

Mundial 1950, el primer torneo tras el paréntesis de 12 años causado por la Segunda Guerra Mundial, comenzó el 24 de junio de 1950, Brasil albergó la IV Copa Mundial de la FIFA, con solo 13 selecciones debido a la enorme cantidad de ausencias por la posguerra. Este Mundial pasó a la historia por su formato único y una final inolvidable.

El balón

El «Duplo T» de cuero fue la pelota utilizada en el torneo. Resultó ser una evolución de los modelos anteriores, todavía de cuero y con costuras visibles. Brasil y Uruguay usaron sus propios balones en algunos partidos, manteniendo la tradición de la época.

Mascota e himno: Todavía sin símbolos oficiales

Al igual que en 1930, el Mundial de 1950 no tuvo mascota ni himno oficial. La FIFA aún no había incorporado estos elementos de identidad visual y musical.

Clasificación y equipos participantes del Mundial de 1950

Brasil fue elegido sede en 1946 durante el Congreso de la FIFA en Luxemburgo, como parte de un esfuerzo por relanzar el torneo tras la guerra. El país invirtió en la construcción del Estadio Jornalista Mario Filho, mejor conocido como estadio de Maracaná, el campo deportivo más grande del mundo en ese entonces, con capacidad para 200.000 espectadores.

Las sedes utilizadas para esta edición fueron 6: Río de Janeiro (Estadio Maracaná); Recife (Estadio Ilha do Retiro); São Paulo (Estadio Pacaembú); Belo Horizonte (Estadio Independência); Curitiba (Estadio Durival de Britto e Silva); Porto Alegre (Estadio Eucaliptos).  

Debido a las secuelas de la guerra, muchas selecciones declinaron participar. India se retiró porque la FIFA no permitió que jugaran descalzos, y Escocia rechazó la invitación por no haberse clasificado como campeona del British Home Championship. Al final, compitieron 13 equipos, incluidos debutantes como Inglaterra, que por fin aceptó jugar un Mundial de Fútbol.

A pedido de Brasil, el torneo se organizó en fases de grupos, con clasificación para el primero del grupo directamente a una fase final en la que jugarían todos contra todos, sin partido único para una final, como era costumbre. 

Los grupos quedaron conformados del siguiente modo: 

El Grupo 1 lo integraron Brasil, Yugoslavia, Suiza y México. Brasil clasificó, pero fue sorprendido contra el equipo helvético tras empatar a dos en su penúltimo partido.

El Grupo 2 Inglaterra, España, Chile y Estados Unidos. Los ingleses eran los favoritos, pero subestimaron a los norteamericanos en su segundo partido al poner a los suplentes y relegando a sus mejores jugadores al banco de suplentes, con lo cual perdieron por 1-0. Necesitaban ganarle a la «furia roja», pero también fueron derrotados por la mínima.

El Grupo 3 Italia, Suecia y Paraguay. Los nórdicos pasaron a semifinales. Hay que tener en cuenta que un año antes el club Torino de Italia había sufrido un accidente aéreo. Fallecieron todos los jugadores. La oncena Azzurra era prácticamente integrada por todo Torino. Fue por tanto una baja importante.  

El Grupo 4 solamente contó con dos equipos: Uruguay y Bolivia. La Celeste goleó 8-0. Tres goles fueron de Oscar Míguez

Las semifinales se jugaron en un cuadrangular, todos contra todos. Brasil goleó a Suecia por 7-1 y más tarde a España por 6-1. Marcó 13 goles en dos partidos. Por su parte, Uruguay empató a dos contra la selección española y obtuvo una victoria contra los suecos por 3-2. Míguez sentenció el partido a favor de los uruguayos a cinco minutos del final. Luego, Suecia venció 3-1 a España, en lo que sería, en los hechos, un partido por el tercer puesto. 

El Mítico partido del «Maracanazo», la final no oficial del Mundial de 1950

La «final no oficial» fue entre Brasil y Uruguay. A los locales le servía el empate para consagrarse como los nuevos campeones. Muchos dirigentes uruguayos prefirieron volver a su país antes que ser testigos de una goleada. El público local estaba absolutamente convencido de que este partido sería un trámite. A tal punto existía el convencimiento, que un diario local editó una portada un rato antes del partido con una foto del equipo brasileño formado en cancha, bajo el título: «Estos son los campeones». El capitán uruguayo, Obdulio Varela, estaba al tanto de esto y lo había comentado al resto de los jugadores de su equipo.  

Durante la ceremonia final el Prefecto de Rio de Janeiro, Ángelo Mendes, realizó un pedido a los jugadores brasileños: «Ustedes en unos minutos serán consagrados campeones del mundo. No tiene rivales en todo el planeta. Ya los saludo como vencedores. Cumplí mi palabra construyendo este estadio. Cumplan ahora con su deber ganando la Copa del Mundo». 

El 16 de julio de 1950 el Estadio Maracaná había reunido a más de 200 mil personas. 

La primera parte terminó con empate, sin goles. Algo inesperado. En el segundo tiempo, en el minuto 47, Brasil se pone en ventaja 1-0 mediante un gol de Friaça, cruzado contra el segundo palo de Roque Máspoli. Inmediatamente Varela toma la pelota y se va corriendo protestando al árbritro inglés George Reader, reclamando fuera de juego, como forma de enfríar el partido para evitar un envalentonamiento de Brasil. Más tarde, en el minuto 67 Alcides Ghiggia se escapa por la banda derecha, centra hacia atrás donde Juan Alberto Schiaffino coloca el balón con un derechazo al ángulo que defendía Barbosa. Es empate parcial 1-1. El Maracaná queda en silencio. Sin embargo, con este resultado Brasil aún era campeón. Uruguay estaba obligado a ganar.

En el minuto 79, Julio Pérez se la tira larga a Ghiggia. El delantero uruguayo corre veloz hacia el arco de su rival por la punta derecha y Barbosa espera un nuevo centro, descuida el primer palo por donde pasa el remate del jugador celeste. 2-1 y el estadio queda mudo. Parece un sepulcro. El golero brasileño será perseguido por el fantasma del «Maracanazo» durante el resto de su vida. Para el Estadio de Maracaná, inaugurado a las apuradas días antes del inicio del mundial, se había prometido pintarlo con los colores de la camiseta campeona del mundo. Es por ello que ese estadio fue pintado con el color celeste. El color de la camiseta de Brasil era blanca. Desde entonces la abandonó para comenzar a utilizar la amarilla. 

Uruguay obtuvo su segundo título de Copa Mundial, sumando a los otros dos títulos mundiales que se habían organizado en 1924 y 1928 para los Juegos Olímpicos. El «Maracanazo» es considerado la mayor hazaña lograda en la historia de los Mundiales.

El goleador 

El delantero brasileño Ademir de Menezes fue el máximo goleador con 9 tantos, incluyendo cuatro en un solo partido (6-1 a España). Pese a su brillantez, no pudo evitar la tragedia de su selección en la final. Con la selección brasileña Ademir conquistó una Copa América en 1949 y un Panamericano en 1952. Jugó en equipos brasileños: Sport Recife, Vasco da Gama y  Fluminense.