El regreso tras el abismo
Balón de 1950. Cuando el silbato sonó en el estadio Maracaná el 24 de junio, habían pasado doce años desde el último partido mundialista. Europa estaba devastada, el mundo intentaba sanar. La Segunda Guerra Mundial había dejado a millones de muertos, ciudades enteras en ruinas y una FIFA fragmentada. Pero el fútbol —como tantas veces— encontró una forma de volver. Y con él, llegó un nuevo balón: el Duplo T.
Brasil fue el país anfitrión de ese regreso. Y como organizador, propuso un cambio radical: por primera vez en la historia de los Mundiales, el balón oficial no tenía costura externa ni cordón de cierre. Era un balón cosido a mano y sellado, mucho más cercano al fútbol moderno. El Duplo T no solo marcó el Maracanazo. También inició la era de los balones sin cordones visibles.
Un nuevo mundo, una nueva pelota
El Mundial de 1950 fue una anomalía en muchos sentidos. No hubo una final oficial, sino un cuadrangular final entre Brasil, Uruguay, España y Suecia. No participaron ni Alemania, ni Japón, ni la Unión Soviética. Y aunque Italia asistió como campeón defensor, su equipo estaba diezmado tras la tragedia aérea de Superga, del año anterior, cuando fue diezmado el Torino, base de la Azurra.
El contexto exigía modernización. Ya no se trataba solo de jugar: el fútbol era también un mensaje de reconstrucción global. Y en ese espíritu, la empresa Superball de São Paulo propuso un balón revolucionario. Su nombre completo: Super Duplo T.
El diseño del Duplo T
El Duplo T fue una respuesta a una necesidad concreta: evitar el sangrado y las lesiones en los cabezazos, causadas por el cordón de los balones anteriores. Para ello, se eliminaron los sistemas de cierre externos. El balón era completamente cerrado y cosido a mano desde dentro, con una válvula de inflado externa, como los balones actuales.
Sus paneles eran 12, pero ya no seguían el patrón de gajos en T ni las formas asimétricas. Eran paneles más regulares, mejor curvados y distribuidos. Además, el cuero había sido tratado con aceites y compuestos químicos para resistir la humedad tropical brasileña.
Características técnicas del balón Duplo T
- Peso: Entre 410 y 450 gramos
- Material: Cuero curtido y pulido, con tratamiento impermeabilizante
- Paneles: 12, de forma ovalada
- Costura: Interna, sin cordón visible
- Color: Marrón anaranjado
- Presión interna: Válvula de inflado moderna (de goma)
Por primera vez, la pelota tenía una apariencia «profesional»: uniforme, esférica, sellada. Su comportamiento en el campo era más predecible. No absorbía tanta agua y mantenía su forma durante todo el partido. Muchos jugadores europeos dijeron que era la mejor pelota que habían probado en su vida.
El balón del Maracanazo
El 16 de julio de 1950, Brasil y Uruguay se enfrentaron en el último partido del cuadrangular. A los efectos prácticos, era una final: el empate coronaba campeón a Brasil, mientras que Uruguay necesitaba ganar. La FIFA no había previsto que este formato terminaría creando el partido más emblemático de la historia de los Mundiales.
El estadio Maracaná estaba colmado: más de 170.000 personas, posiblemente más de 200.000. Todos esperaban la consagración brasileña. Pero Uruguay, con el capitán Obdulio Varela a la cabeza, escribió una historia distinta. El 2-1 final quedó en la historia como el Maracanazo, y el Duplo T fue el balón que cruzó la línea de gol en los tantos de Juan Alberto Schiaffino y Alcides Ghiggia.
Para Uruguay, esa pelota se convirtió en un símbolo nacional. En Brasil, fue durante mucho tiempo un objeto de silencio.
¿Dónde está el Duplo T del Maracanazo?
Durante años se creyó que el balón original se había perdido. Sin embargo, uno de los Duplo T usados ese día fue preservado por un dirigente uruguayo y luego donado al Museo del Fútbol del Estadio Centenario, donde permanece en exhibición. Otro ejemplar, que podría haber sido utilizado en el calentamiento o como balón de repuesto, fue subastado en Londres en 2018.
La marca Duplo T no sobrevivió como fabricante internacional, pero su legado perdura. Fue la última pelota totalmente de cuero utilizada en un Mundial sin elementos sintéticos o plásticos.
Una pelota que marcó una transformación
El Duplo T fue el primero en mostrar que el balón también podía ser un símbolo cultural, político y emocional. Era brasileño, moderno, tropical. Representaba a un país emergente que quería mostrarse al mundo como potencia. Pero la historia, cruel y caprichosa, hizo que ese símbolo terminara en manos del rival.
El Maracanazo fue más que un partido. Y el Duplo T más que una pelota. Fue el objeto que dio forma a la hazaña más icónica del fútbol mundial.
Comparativa: del Allen al Duplo T
Característica | Allen (1938) | Duplo T (1950) |
---|---|---|
Paneles | 13 (forma de T) | 12 (más regulares) |
Costura | Cordón visible | Costura interna |
Material | Cuero curtido a mano | Cuero tratado e impermeable |
Vuelo del balón | Estable, pero pesado | Más preciso y controlado |
Absorción de agua | Alta | Media-baja |
Estilo de juego | Técnico | Técnico-veloz |
Curiosidades del balón del Mundial 1950
- No se usaron pelotas de otros fabricantes durante el torneo.
- Se inflaban con bomba de pie, y la válvula requería una técnica específica de sellado que pocos conocían.
- Algunos jugadores europeos se quejaron de que la pelota rebotaba demasiado en el calor brasileño, algo que favorecía el estilo sudamericano.
- Pelotas similares se siguieron usando en Sudamérica hasta mediados de los años 60.
El fútbol moderno comienza aquí
Aunque hoy no se le da el reconocimiento suficiente, el Duplo T es un punto de quiebre. Representa el momento en que el fútbol pasó de un juego global con balones locales, a una experiencia más estandarizada. El Mundial de 1950 fue un torneo complejo, lleno de irregularidades y contradicciones. Pero la pelota no fue una de ellas.
Desde el punto de vista técnico, el Duplo T fue el mejor balón jamás utilizado hasta ese momento. Y desde lo simbólico, es irreemplazable: ningún otro ha quedado tan grabado en la historia emocional de dos países.
Conclusión: una pelota entre la gloria y el dolor
Para Uruguay, el Duplo T es la gloria. Para Brasil, el duelo eterno. Para la historia del fútbol, es la bisagra entre dos eras. Sin saberlo, el Mundial de 1950 marcó el camino hacia las futuras innovaciones. En los torneos siguientes aparecerían materiales sintéticos, diseños multicolores, pruebas de laboratorio.
Pero el Duplo T sigue ahí, en fotos en blanco y negro, cruzando la red del Maracaná, siendo levantado por jugadores que, sin el nivel de profesionalismo de la actualidad, hoy vemos como leyenda. Fue la primera pelota del renacer del fútbol. Y en sus gajos redondeados, late todavía la emoción de un deporte que volvió para nunca más detenerse.